Tengo que reconocer que los prejuicios son malos, siempre, pero cuando tienen que ver con el cine, las ideas negativas preconcebidas toman un nuevo sentido. Te pueden jugar una mala pasada o al menos, hacer que te lleves una buena sacudida de la que terminarás pidiendo perdón para tus adentros.
"Gravity", madre mía, ¿quién se lo iba a imaginar? Desde luego, una persona como yo, nada amante del género espacial, no se hubiera imaginado en años que le entusiasmaría tantísimo esta cinta de Alfonso Cuarón.
Sigo en órbita, sobre todo porque me ha parecido mucho más que una peli de astronáutas en terribles aprietos, luchando por mantener la calma más que por sobrevivir. Cierto es que una cosa sin la otra parecía algo imposible: seguir adelante cuando el miedo petrifica hasta el último tendón de tu cuerpo. Y no se les puede culpar a esas dos criaturas a merced de la más abrumadora inmensidad y la más aterradora de las grandezas: el universo. Puro y duro. Pero qué atrevida y prepotente ha sido siempre esta raza, que nos hemos creído con derecho a salir ahí fuera y deambular a nuestras anchas tan impunemente. Bueno, tan impunemente, no.
A pesar de la sobrecogedora sensación de agorafobia que nos transmite "Gravity"; del miedo a una soledad tan extrema como llegan a contagiarnos, primero la Dra. Ryan Stone y poco después, el veterano astronáuta Matt Kowalsky; a pesar de la indefensión que se respira y de unos cuantos sentimientos más a flor de piel, sospecho que esta cinta pretende ir un poco más allá.
¿Soy yo o los Cuarón nos están contando mucho más de lo que parece? ¿No es cierto que estemos asistiendo a un parto, a un renacimiento? Estoy convencida de que sí lo fue.
La Dra. Ryan, representada por una Sandra Bullock idónea para este papel, vuelve a la vida o, mejor dicho, vuelve a nacer. Su carácter sereno, más triste que otra cosa, no era porque sí. Mucho de ella murió cuando su pequeña hija lo hizo. Kowalsky logra arrancarle algunas palabras y ellas reconoce que lo único que hacía era conducir sin más, circular por la vida sin rumbo ni meta desde que su niña murió. Ella misma estaba muerta dentro de un cuerpo vivo. Sin embargo, en el momento en que la muerte real, la fría y solitaria, la genuina, le acecha, ella decide vivir. Luchar. Intentarlo.
Como apoyo visual a esta observación encontramos un plano en el que ella flota en posición fetal, dormida, en un útero que la protege del exterior; no pequeño sino a su medida. Podríamos hasta imaginar que uno de los tubos que pasan ingrávidos por allí, es su cordón umbilical. Ya, a gusto de cada uno.
Es ahí donde empieza a formarse como persona de nuevo, donde comienza su lucha por la vida. Más tarde, la veremos en plena expulsión del útero, en el parto, con toda la violencia y crudeza que éste conlleva, debatiéndose como haría un recién nacido entre la vida y la muerte al venir a este mundo. A este mundo, otra sutileza más de los guionistas. Peleará por llenar sus pulmones de aire y cuando por fin lo haga se abrazará a esta vida de tal manera que, lo único importante será ponerse de pie y echar a andar; mirar a su alrededor y volver a descubrir el mundo.
Por cierto, qué cosa tan grande y tan hermosa se siente al ver nuestro planeta latente, rebosante de vida y de belleza. Qué pellizco en el estómago y nudo en la garganta cuando ella, con dificultad, se pone de pie y, al mirar a su alrededor sonríe, coge una bocanada de aire (bendito oxígeno) y emprende los primeros pasos de su corta y nueva vida.
-Gravity. Alfonso Cuarón.-
Holaa ^^. A mí también me sobrecogió,sobresaltó y cautivó esta maravillosa película que, sin ser una obra maestra, con el paso de los años se convertirá en película de culto para todos los que amamos la ciencia "ficción" en general. Ninguna otra (y he visto unas cuantas) obra del mismo género me ha mostrado con tanta clarividencia y realismo la majestuosidad y esplendor de nuestro "pequeño" planeta y la inmensidad y soledad infinitas del Universo. Visualmente es única, no hay otros efectos especiales mejores, de momento, y aunque tenga varios errores que no deben suceder en esas condiciones, le doy un 8,75. A tu crítica un 9. La perfección no existe jeje. Saludos y un besoo!
ResponderEliminarWauu. Muchas gracias por tu comentario, lo primero. Y lo segundo, muy bien expresada la sensación primordial de la peli. Creo que todos salimos de la sala dando gracias por nuestra "madre tierra", como se la llama en el guión, y redescubriéndola con nuevos ojos. Que ha marcado un antes y un después en el género de ciencia ficción, seguro, del que nunca me vi amante del todo. Lo especial consiste en que es una peli que habla de lo foráneo para que apreciemos lo propio, y no al revés, como harían el resto de pelis "espaciales".
ResponderEliminarTambién mi primera peli en 3D. Así es. Más vale tarde que nunca, ¿no?
Besazos!!
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