A veces pierdo la fé en el mundo. Supongo que me ha dado por reflexionar sobre esto porque he visto la película "Babel". Es tremenda, todas las de González Iñárritu lo son. Sus historias me dejan con una especie de virus dentro que va recorriendo mi cabeza y me hace pensar que en este mundo tan individualista, egoista y desarraigado hay una conexión para todos nosotros. Me hace creer que, de alguna manera, estamos todos conectados entre nosotros, lo que resulta una expresión muy adecuada para estos tiempos.
Es algo así como el efecto mariposa, todo aquello que yo haga afectará a cualquier persona, la más remota; no, de hecho influirá al mundo entero. Cada acción mía desencadenará una serie de acontecimientos y circunstancias que harán cambiar el curso de todo el universo. Esto ocurre con cada acción de cada persona, animal, fenómeno natural, etc.
Es increíble cómo sin darnos cuenta somos, cada uno de nosotros, decisivos en este mundo y ni siquiera nos lo planteamos. Aunque puede resultar abrumadora la gran responsabilidad que supone formar parte importante en el trascurso de la vida de un planeta (que no es poco), al final queda una sensación reconfortante al ser conscientes de que contamos en el mundo, en esta inmensa red humana.
Y es por esto que recupero la ilusión con lo que puede depararnos la vida, las próximas conexiones que estableceremos y los giros que darán nuestras circunstancias. Resulta emocionante.
--Babel. Alejandro González Iñárritu-
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